Historia de Zarumilla
Zarumilla
tiene sus orígenes en la cesión de terreno que los hacendados hicieron para que
los pobladores puedan instalarse en esas tierras. Estos orígenes que se
explican haciendo referencia a la hacienda Zarumilla ,anteriormente llamada
hacienda pocitos o Cayancas,tiene sus orígenes más léganos en los
primeros hombres que de manera diseminada habitaron estos lugares.
Lo
cierto es que fue llamada hacienda Zarumilla desde mucho antes de la
independencia del Perú y que su nombre se debe a que sus antiguos dueños
provenientes de, los actuales territorios del ecuador, tenían un especial
afecto al pueblo de saruma, actual ciudad ecuatoriana. El mismo pueblo de
Zarumilla fue fundado posteriormente con el nombre de San Ramón de
sarumilla, en alusión al hacendado Ramón Noblecilla.
Zarumilla
comienza a formarse como caserío poco antes de la independencia del Perú,
cuando algunas personas venidas principalmente de tumbes y Machala comienzan a
quedarse en esta zona para dedicarse a la agricultura y ganadería. En
1825 José Noblecilla Romero, compra estas tierras y llega con su esposa e hijos
a radicar definitivamente en esta zona, construye su casa hacienda, y se
dedica con esfuerzo y entrega hacer de la hacienda, una de las mas grandes y
prospera de la Región. Don José Noblecilla Romero Y su esposa doña Rosa
Mendoza tuvieron los siguientes hijos Juan de Dios, Ramón, Joaquin,
Andrea, Juan José y José.
Fue
su hijo,Ramon Noblecilla Mendoza ,persona austera, disciplinada y
metódica quien estuvo al frente de la hacienda Zarumilla, cuando su padre
ya no podía administrarla para ello, contó con el apoyo del menor de sus
hermanos ,José Noblecilla Mendoza ,quien tuvo una educación bastante
sólida ,permitió incursar con éxito en la política y la diplomática. El
12 de enero de 1981 Zarumilla fue creada distrito de la provincia de
tumbes, por este fin los hermanos hacendados concientes del progreso que
estaba adquiriendo la comarca , en un gesto de enaltecedor accedieron
voluntariamente a donar una parte de sus tierras la comunidad con el fin
de fortalecer el caserío de Zarumilla razón por la que se dirigieron al
gobierno peruano, el mismo que acepta dicha donación el 07 de noviembre de
1874. téngase presente que estos territorios pertenecían a los hacendados y
quienes hasta ese entonces de dedicaban a la agricultura, ganadería, caza o
pesca debían contar con el permiso de los hacendados y corresponder con
dinero o especie con la licencia brindada.
En
1876 se realizo un censo, según el pueblo de Zarumilla tenia 198
habitantes, los cuales correspondían a 36 en el caserío y 132 en lugares
cercanos. José Noblecilla Mendoza en su obra “Topografía de la Hacienda
Zarumilla”, señala que el pueblo de Zarumilla se fundo en 1878 con el nombre de
“San Román DE Zarumilla”, nombre que es corroborado por una serie de
documentos de la época, en las cuales se designa este lugar con dicho nombre. A
partir de estos años, la insipiente economía de los pobladores sostenida
gracias al agua en tiempos de lluvia corría por el rió Zarumilla, comenzó a
prosperar con la siembra mayoritaria con la siembra de tabaco, a tal punto que
en 1907 cuando el presidente del Perú don José Pardo llego de visita a Tumbes,
puso de manifiesto el deseo del gobierno peruano de comprar la hacienda
Zarumilla para destinarla a la siembra de tabaco. Los pobladores además del
tabaco cultivaban plátano y maíz y se dedicaban a la crianza del ganado vacuno
y caprino, extracción de sal y quema de carbón vegetal que luego llevaban a
Puerto Pizarro para su comercialización. En 1913 ocurre algo trascendental para
la vida espiritual del pueblo. Llegaron 2 misioneros redentoristas preparando
espiritualmente a la comunidad y administrando sacramentos, los padres
estuvieron desde el 06 al 13 de septiembre en Zarumilla administraron 27 bautizos
y 160 confirmaciones, celebraron misas, matrimonios, donaron una imagen en
cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro, exhortando a la población a su
devoción.
La devoción a la madre de
Dios bajo la advocación de la Virgen del Perpetuo Socorro creció a tal punto
que la declararon patrona de Zarumilla, de hay que a partir del año siguiente
el 08 de septiembre, día en que la iglesia recuerda el nacimi9nto de la Virgen,
se comenzó a celebrar la fiesta en su honor. El 12 de
EL CEIBO DEL DIABLO
Leyenda recogida por
Pablo A. Cornejo
Benavides
En Uña de Gato, centro poblado del
distrito de Papayal, en la provincia de Zarumilla el viajero podía darse cuenta
que en pleno camino hacia este lugar hay una quebrada donde sobresale un
frondoso ceibo, el mismo que los naturales le llaman el "el ceibo
del diablo". Cuentan nuestros relatantes que en dicho lugar, a las
doce de la noche aparece un personaje endomoniado que amenazaba con llevarse al
infierno a todo mortal que pasa por dicho lugar a esa hora de la noche.
Don Sixto Núñez y don Pedro Cedillo,
vecinos de dicho lugar (ya fallecidos) contaban que a este último se le había
enfermado un familiar y tenía que viajar a Zarumilla a caballo y si tenía
suerte, tomar carro para viajar a Tumbes en busca de un médico. La sola idea de
pasar por el "ceibo del diablo" se le ponía la carne de gallina, pero
tanto era la urgencia que se olvidó de venirse a caballo y lo hizo a pie, con
su escapulario del Señor de los Milagros en el pecho y su escopeta en la mano,
se dirigió a cumplir su misión. Al llegar a la quebrada donde queda el
"ceibo del diablo", escuchó voces, veía luces de linterna, cual no
sería su asombro, al ver que un grupo con una serie de bultos que al
entregárselos a otros recibían dinero a la vez. Dice nuestro relator, que don
Pedro Cedillo pensó que se trataba de aquellos mortales que realizan negocios
con el diablo, se encomienda a Dios y cogió la escopeta, luego hizo tres
disparos al aire, al tiempo que vio que dichas personas comenzaron a correr y
él hizo lo mismo y no paró hasta que se dejó caer de cansancio en el parque de
Zarumilla, unos amigos lo recordaron y le ayudaron a ponerse de pie. Lo cierto
es que, nuestro amigo se enteró que los contrabandistas desafiando al demonio
del "ceibo del diablo" realizaban sus negocios ilícitos en dicho
lugar.
Los vecinos de los poblados cercanos a
Uña de Gato, afirman que muchas de las personas que han sido víctimas de este
maleficio, impuesto por el demonio y credulidad popular no han podido arrancar
de sus creencias el respeto que tienen por el "ceibo del diablo" y
son muy pocos o casi nadie los que se han atrevido pasar a las doce de las
noche por este lugar, y los que lo han hecho de día no dejan de mostrar respeto
al pasar por dicho lugar.


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